Experiencia de Raimundo Náder con San Chárbel"Vi una extraña y asombrosa luz, distinta a todas las demás que hubiera visto alguna vez: era un mar luminoso que se extendía desde un extremo del universo al otro. El sol se asemejaría a una pequeña vela, comparado con aquella luz… Pero no era una luz natural; a pesar de su intensidad no deslumbraba ni quemaba… Una luz suave y delicada; tenue, pero fuerte y poderosa al mismo tiempo. Tenía un color cristalino y era luz extremadamente clara y pura. Me sentí como si fuese una diminuta gotita de agua, nadando en un enorme mar de maravillosa luz cristalina… "
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