La Familia de San Charbel
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​Biografía de San Chárbel


Su vida en la tierra

San Chárbel Majluf nació en Beqakafra el 8 de mayo de 1828. Beqakafra es una pequeña aldea en las montañas, la más alta del Líbano y del Oriente Medio, situada a 1560 metros de altura sobre el nivel del mar, en el distrito de Bisharri (en el norte del país). En sus alrededores se encuentran los antiguos Cedros del Líbano, a los que los libaneses denominan “Cedros de Dios”.
 
Bekaa kafra domina el valle del Qadeesha, donde Chárbel tenía a dos tíos que eran monjes en el monasterio de San Antonio de Kozhaya, quienes fueron una fuente de inspiración y modelos para él. 
Cedros del Líbano, Becharry (Líbano Norte)
Cedros del Líbano, Imagen del Padre Shadi Beshara
Fue bautizado el 16 de agosto de 1828 con el nombre de Youssef Antoun Makjlouf (José Antonio Majluf). Era el quinto hijo de una familia pobre, pero respetable y devota con dos hermanos y dos hermanas mayores que él.
 
Su padre falleció el 8 de agosto de 1831 cuando regresaba de su servicio militar en el ejército turco bajo el dominio otomano en el Líbano.
 
En la escuela, José recibió instrucción catequética y litúrgica de su párroco, donde aprendió el árabe y el siríaco.
A los 10 años, José y sus compañeros estaban capacitados para leer el siríaco sin error, cantar en el oficio y servir a la Iglesia según el carácter monástico que distinguió desde su origen a la comunidad maronita. José era muy piadoso, tanto es así que los otros aldeanos solían llamarle “el santo”. Solía llevar su pequeña manada a los campos donde la dejaba pastar mientras él entraba en una gruta cercana para dedicarse a la profunda adoración delante de una imagen de la Virgen María. Esta gruta se convirtió en su altar y su primer eremitorio.
En 1851, a la edad de 23 años, dejó a su familia y su aldea para comenzar su primer año de noviciado en el monasterio de Maifuq. Decidió tomar el nombre “Chárbel” en honor de un mártir de la iglesia de Antioquía del siglo II.

En 1852, se fue a vivir al Monasterio de Annaya para su segundo año de noviciado. Allí, el 1 de noviembre de 1853, pronunció sus votos monásticos de obediencia, pobreza y castidad.

Recibió su formación en teología en el Monasterio de los Santos Cipriano y Justina en Kfifane entre los años 1853 y 1859. El padre Ni’mat Allah Kassab Al-Hardini (Nematala Al-Hardini), quien fue canonizado el 16 de mayo de 2004, fue profesor de San Chárbel y sus compañeros seminaristas.

El 23 de julio de 1859, San Chárbel fue ordenado sacerdote de la Orden Libanesa Maronita. Pasó 16 años (1859-1875) en el monasterio de Annaya, orando y trabajando en los campos con sus hermanos monjes. Obedecía a sus superiores sin vacilar, observando fielmente todas las normas y vivió una vida de sacrificio en condiciones austeras.
Eremitorio de los Santos Pedro y Pablo en Annaya, el Líbano.
Interior de la Ermita de los Santos Pedro y Pablo en Annaya, Líbano.
Eremitorio de los Santos Pedro y Pablo en Annaya, el Líbano.
Imagen del Padre Shadi Beshara.
 Su solicitud de trasladarse al eremitorio de los Santos Pedro y Pablo en una colina cercana, fue aprobada después de que su superior fuera testigo del “milagro de la lámpara”. Una noche, San Chárbel pidió a un trabajador del monasterio que llenara la lámpara de aceite que él estaba usando. Aunque el trabajador la llenó de agua en lugar de aceite, la lámpara dio luz como de costumbre y permaneció encendida toda la noche.

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El 15 de febrero de 1875 fue el primer día de su vida en el eremitorio, donde permaneció durante 23 años. Pasaba el día en oración, contemplación y adoración, además de trabajar diligentemente llevando a cabo tareas manuales en los campos y viñedos. Era un modelo de entrega y desapego total del mundo. San Chárbel reflejaba la gracia y la fortaleza que Dios le había otorgado a través de las virtudes monásticas de obediencia, pobreza y castidad. Nunca dejaba el eremitorio salvo si se lo ordenaban sus superiores, quienes le pedían que saliera a sanar a los enfermos. ​Siguió el camino de los padres ermitaños arrodillándose devotamente delante de Jesucristo en la Santa Eucaristía, dirigiendo silenciosamente sus oraciones hacia Él y pasando toda la noche en ferviente adoración.
Llegó a ser conocido como “el santo embriagado de Dios”. Durante su vida, San Chárbel no solamente sanó a las personas de enfermedades físicas, sino también espirituales, incluso echando fuera los demonios.

Mientras celebraba la divina liturgia el 16 de diciembre de 1898, sufrió un infarto cerebral y soportó ocho días de terrible dolor, en calma, en silencio y en oración. San Chárbel repetía una y otra vez la oración que no pudo terminar durante la divina liturgia: “Padre de la verdad, he aquí Tu Hijo, el sacrificio en el que Tú Te complaces. Acepta a aquel que murió por mí…”. También repetía los nombres de Jesús, María, José y los santos Pedro y Pablo, santos patrones del eremitorio. Murió en la Nochebuena de 1898 y fue enterrado en el monasterio en un día muy frío y nevado. Tan solo unos pocos monjes pudieron asistir a su entierro.
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El superior de San Chárbel, el padre Antonio Michimchani, escribió acerca de él en el registro de fallecidos del monasterio: “El día 24 del mes de diciembre de 1898, el padre Chárbel, ermitaño de Beqakafra, falleció después de sufrir un infarto cerebral y de recibir los sacramentos de la última unción. Fue enterrado en el cementerio del monasterio. Tenía setenta años. El padre Antonio Michimchani era el superior del monasterio. Lo que Dios hará después de su muerte será prueba suficiente de su comportamiento ejemplar en la observación de sus votos, en tal medida que podemos decir que su obediencia era angelical, y no humana”.

Su vida después de la muerte

Después de su fallecimiento, la gente comenzó a decir que veían luces alrededor de su tumba. Cuando las autoridades eclesiales abrieron la tumba, descubrieron el cuerpo incorrupto de San Chárbel que supuraba sudor y sangre. 
 
El 15 de abril de 1899, el patriarca maronita permitió que el cuerpo fuese trasladado a un ataúd especial, el cual colocaron en una nueva tumba dentro del monasterio. Empezaron a llegar peregrinos a su tumba, rogando por su intercesión. Dios les concedió a muchos de ellos curaciones físicas y bendiciones espirituales.
Uno de los antiguos ataúdes de San Chárbel en el Monasterio de San Marón, en Annaya, el Líbano.
Uno de los antiguos ataúdes de San Chárbel en el Monasterio de San Marón, en Annaya, el Líbano. Imagen de Naanouh Productions
La causa de San Chárbel fue presentada oficialmente al Papa Pío XI el 12 de diciembre de 1925.

Debido al flujo de sudor y sangre, el ataúd y la tumba de San Chárbel tuvieron que cambiarse varias veces a lo largo de los años. El 24 de julio de 1927 transfirieron el cuerpo a una tercera tumba.
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En 1950 se abrió la tumba de San Chárbel en presencia de médicos certificados y miembros de un comité oficial de la Iglesia y el gobierno libanés, quienes verificaron la integridad del cuerpo. Escribieron un informe médico y lo colocaron en una caja dentro del ataúd. Inmediatamente después, las curaciones empezaron a proliferar de forma asombrosa. Decenas de miles de peregrinos de distintas religiones y comunidades acudieron al monasterio de Annaya, solicitando la intercesión del santo ermitaño. El cuerpo de San Chárbel continuó exudando y sangrando durante sesenta y cinco años después de su fallecimiento.

Beatificación de Chárbel

El Papa Pío XII aprobó el decreto reconociendo las heroicas virtudes del futuro santo el día 2 de abril de 1954. Su Santidad el Papa San Pablo VI presidió el 5 de diciembre de 1965 la ceremonia de beatificación de San Chárbel a la conclusión del Concilio Vaticano Segundo.
 
La decisión de la beatificación de San Chárbel se basó en dos milagros:

  1. La curación milagrosa de la hermana María Abel Kamari de la congregación del Sagrado Corazón, que sufría de una disfunción del hígado, la vesícula biliar y los riñones. También padecía adherencias abdominales. Vomitaba la mayoría de su comida con sangre. Su mano derecha estaba paralizada y la tenían que ayudar a caminar. Estuvo a punto de morir tres veces.
  2. La sanación milagrosa, cerca del final de 1950 de don Alejandro Obeid, quien recuperó la vista en el ojo derecho que había quedado ciego debido a un accidente en 1937.
Icono de San Chárbel
Icono de San Chárbel

Canonización de Chárbel

El 9 de octubre de 1977, Su Santidad el Papa San Pablo VI presidió la ceremonia de canonización del beato Chárbel en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. La sanación milagrosa de Miriam Awad de un cáncer de garganta en 1967 fue aceptada como milagro oficial para la canonización.
Tumba de San Chárbel en Annaya (Líbano).
Tumba de San Chárbel en Annaya (Líbano). Imagen de Naanouh Productions
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La Familia de San Chárbel en los EE. UU.
9340 Braymore Circle, Fairfax Station, VA 22039
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