Testimonio de Olivier Giroud-Fliegner (Montreal, Canadá), 2020
Me llamo Olivier Giroud-Fliegner y tengo 53 años. Nací en Francia y ahora vivo en Montreal. Soy profesor de piano. Mi papá es católico y mi difunta mamá era sobreviviente del holocausto judío de Polonia y Austria. Yo me crie como judío. Mi vida familiar y emocional han gozado de muchos momentos maravillosos pero también sufrí profundas heridas.
Experimenté lo que podría llamarse “la noche del corazón” (algo parecido a la “noche oscura del alma” de San Juan de la Cruz) entre 1987 y 2018. No se lo desearía a nadie a menos que les condujera a la conversión y purificación que me fue concedida en el 2018 y años posteriores. |
Olivier Giroud-Fliegner
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Mi corazón había sido herido cada vez más por una combinación de diversas causas. En primer lugar la imposibilidad de hallar una respuesta al problema del sufrimiento humano, incluido el holocausto, en la fe judía. En segundo lugar, el hecho de que me obligaran a estudiar música desde muy temprana edad. Mi relación con mi familia se deterioró a partir de 1987 porque me aferré a un profundo sentimiento de haber sido obligado a estudiar música en contra de mi voluntad. En tercer lugar fue el fracaso de algunas relaciones sentimentales, las cuales hicieron que me quedara soltero y sin hijos a la vez que me enfrentaba a presiones familiares y sociales. En cuarto lugar, mis papás jamás aceptaron por completo mis dos emigraciones (primero a Israel, y más tarde a Canadá); ambos se lo tomaron muy a pecho y sobre todo mi mamá estaba especialmente dolida, lo cual era muy difícil de entender y aceptar para mí porque ella misma era inmigrante. Aunque yo visitaba a mis papás todos los años (a veces dos veces al año), mi emigración había envenenado mi relación con mi familia.
Todos estos elementos combinados dañaron mi relación con mi familia y me hicieron gradualmente ver a la familia en sí como fuente de sufrimiento y dolor. Mi corazón estaba gradualmente dándole la espalda poco a poco a la familia.
La profundidad de mis heridas alcanzaron un nivel abismal cuando, en 2011, falleció mi mamá; cuando fui hospitalizado urgentemente en 2012 debido al inicio de un infarto cardíaco causado por el síndrome del corazón roto y la miopericarditis viral y una vez más en 2015 cuando creí que jamás iba a superar mi desdicha y desgracia. Llegué incluso a contemplar el suicidio.
A pesar de eso, después del fallecimiento de mi mamá, las únicas cosas que me parecían importante eran apoyar a mi papá (ya que él me había apoyado a mí) y ocuparme de la salvación de mi alma, esforzándome hacia su restauración. Durante años no supe cómo alcanzar la salvación de mi alma, pero finalmente le abrí mi corazón a Jesús a finales de enero del 2018 pidiendo a Dios la gracia de la conversión, y me fue concedida esta enorme gracia. En el momento en que recibí a Jesús como Mesías, mi vida cambió por completo. Me puse en contacto inmediatamente con la Iglesia Católica y en la Pascua de Resurrección de 2019 recibí los sacramentos del bautismo, la primera comunión y la confirmación. Había nacido de nuevo y básicamente era salvo, pero el camino hacia la restauración de mi alma tan solo había empezado.
Las gracias no terminaron allí. En 2020, recibí una importante sanidad espiritual y emocional, una sanidad que no había pedido; me fue concedida por el Señor, a través de la intervención de San Chárbel Majluf. En la fe cristiana, lo que San Chárbel logró en mi vida normalmente se denomina intercesión. Otra característica de esta sanidad es que me fue concedido un periodo de discernimiento preliminar para el sacerdocio (el cual, desde entonces, me ha llevado a la conclusión de que tengo la vocación de seguir siendo seglar, en celibato, oración y penitencia).
En mi familia, San Chárbel era completamente desconocido, su nombre jamás había sido mencionado. Yo lo descubrí en 2019 y si recuerdo bien, fue en el día de su festividad, el 24 de julio. Pero no fue hasta el 24 de julio de 2020 que él entró en mi vida una vez por todas.
Como parte del discernimiento preliminar para el sacerdocio, me preguntaba si el ministerio sería una buena opción para mí porque allí se trata con muchas asuntos familiares como, por ejemplo, el bautismo, la preparación para el matrimonio, el matrimonio y los funerales. Y a pesar de mi conversión y los sacramentos que había recibido, me veía a mí mismo como una persona sin familia. Estaba soltero, no tenía hijos y mis papás no tenían hermanos; yo creía que era alguien para quien la vida familiar era cosa del pasado, una persona para quien los temas familiares no tenían mucha importancia.
Mientras reflexionaba acerca de esto hacia finales de julio de 2020, comencé, después de su festividad, a tener necesidad de rezar todos los días a San Chárbel, lo cual jamás había ocurrido antes. Me sentí impulsado a rezarle a él y a conocer más acerca de su vida, y comencé a investigar si él había dicho o escrito alguna cosa. A principios de agosto, descubrí 20 páginas en inglés en internet, en la URL https://www.slideshare.net/karim86/words-of-saint-charbel, [1], sin referencia alguna al autor, así que imprimí las páginas e hice un librito.
Estas páginas, tituladas “Palabras de San Chárbel”, no contenían más información acerca de su origen y no pude entender quién las había escrito realmente; simplemente reconocí que contenía en el pensamiento de San Chárbel. Las leí y las recibí en mi corazón con fe, ciegamente, creyendo finalmente que seguramente las escribieron personas que habían oído a San Chárbel hablando de ello.
Ese era mi pensar cuando al leer las verdades contenidas en estas páginas me quemaron vivo como un fuego que consume la paja. La totalidad de los mensajes contribuyeron a mi sanidad, pero el contenido integral de estos textos, lo que literalmente precipitó la recuperación fueron los pensamientos de San Chárbel acerca de la familia. Él dice que la familia es sagrada porque es la imagen de la Santísima Trinidad. Esto significó, por la primera vez para mí, que a pesar de los sufrimientos que ocurren en la familia (incluso hasta el punto de la destrucción), por naturaleza la familia sigue siendo sagrada: la naturaleza y el significado espiritual de la familia se mantienen intactos. “Oír” esto no tenía precedentes; esto me “enseñó” que la familia tiene un alma que puede permanecer entera a pesar de cualquier tipo de tribulación y dolor. De pronto, ¡había muchísima esperanza! Estaba “viendo” a la familia de una forma que jamás había visto antes, y lo que estaba viendo era realmente hermoso.
San Chárbel también dice que el diablo, a fin de destruir la obra de Dios, opta por atacar primero, y sobre todo, a la familia. Esto derribó, destruyó y disolvió todo lo que yo había pensado acerca de la familia en general, incluso acerca de mi propia familia. Tras leer que la familia es el primer objetivo del diablo cuando ataca a Dios mismo, sentí con gran certeza que este pensamiento era la verdad en sí. Tuve un entendimiento tan lúcido y claro de que todas las tribulaciones familiares tienen su raíz en la maldad, que pensé que me iba a poner físicamente enfermo, y me sentí realmente indispuesto, descentrado y perdido. Estaba sintiendo la brecha entre la verdad y mi relación con la institución de la familia. Dos días más tarde, después de que el asombro, la desorientación y el temor empezaran a disminuir, todas mis heridas emocionales hasta el momento, incluida cualquier cosa dolorosa relacionada con mi relación familiar y también el dificilísimo duelo del fallecimiento de mi mamá, quedaron sin dolor. Desde el 11 de agosto de 2020, soy una persona nueva y lo experimento todos los días.
¿Qué había ocurrido?
Ocurrió lo siguiente: durante el tiempo en el que intenté, durante mi discernimiento para el sacerdocio, a expresar mi convicción de que no soy un hombre de familia, una especie de persona ajena a los temas familiares, las palabras de San Chárbel no solo me contradijeron claramente, sino que terminaron por destruir en mí, casi físicamente, cualquier rastro de esta convicción. Yo estaba equivocado acerca de la familia, como resultado de las tribulaciones de mi familia; había pensado de forma errónea y como recompensa por haber estado equivocado acerca de eso, Dios me concedió misericordiosamente una sanidad completa. Realmente entendí inmediatamente que esta era una gracia de Dios, la voluntad de Dios y me enfrentaba al hecho de que San Chárbel había intervenido. Yo había sido curado emocionalmente y espiritualmente a través de su palabra.
Exactamente del mismo modo en que había recibido a Cristo en la sinceridad y la ceguera de una conversión gracias a la cual experimenté la última oportunidad de no hundirme en la desesperación para siempre, simplemente recibí las palabras de San Chárbel como inspiradas por Dios.
Y una vez más: pedí la gracia de la conversión, pero no había pedido la gracia de la sanidad espiritual.
Escribí al Monasterio de Annaya en el Líbano (lugar de origen de San Chárbel), y en esta correspondencia con los monjes lo conté todo. Entonces, aunque ya pertenecía a una parroquia latina, me hice miembro de una segunda (asisto a ambas): la parroquia maronita del Monasterio de San Antonio el Grande, aquí en Montreal. Los monjes sacerdotes saben lo que ocurrió y uno de ellos me ayudó a entender que San Chárbel es ahora mi santo patrón.
Aun así, yo no entendía exactamente de dónde habían venido de esas palabras de San Chárbel que me habían sanado, y me estaba costando mucho trabajo averiguarlo.
No fue hasta el 27 de diciembre de 2020, que, para complete sorpresa mía, descubrí en YouTube varias conferencias de Raimundo Náder, algunas en inglés o subtituladas en inglés, incluida una en árabe que tenía subtítulos en inglés y que fueron impartidas en Annaya en 1995 (https://www.youtube.com/watch?v=7UatXxxzk_Y&t=30s). Allí es también donde descubrí al Sr. Náder. Su nombre no significaba nada para mí, pero tuve una impresión de haberlo visto una vez antes: comprobé la versión en francés del libro de San Chárbel escrito por el Padre Hanna Skandar que había leído el otoño anterior (bajo el título Saint Charbel ...l’Intemporel), y descubrí que meramente mencionaba el nombre del Sr. Náder dos veces (una vez en un pie de página). Pero lo olvidadé por completo después de eso, dado que el autor no aporta información alguna acerca de Raimundo Náder y, por el contrario, cuenta toda la historia de Noumad Al Chamy. Por consiguiente, no supe nada en absoluto acerca de Raimundo Náder hasta el 27 de diciembre de 2020, medio año después de mi sanidad.
Yo estaba atónito. Lo que me había sanado fueron los mensajes que Raimundo Náder recibió de San Chárbel a lo largo de las últimas décadas. Esta fue una gran sorpresa e hizo que me diera cuenta del valor de mi recuperación, dado que Raimundo tiene en un brazo la marca milagrosa de la quemadura en forma de dedos que yo ignore por completo hasta el 27 de diciembre de 2020. También había ignorado todo lo referente a su apostolado (La Familia de San Chárbel) y aunque después de sanarme supe acerca de Télé-Lumière porque transmiten testimonios de curaciones, yo no sabía nada acerca de la conexión de Raimundo Náder con su hermana satélite, Noursat.
En ese momento fue necesario para mí ponerme en contacto con Raimundo Náder para contarle acerca de mi sanidad. También quería darle las gracias por lo que hizo en su apostolado, sobre el cual ahora conozco más. Fue entonces cuando, el 31 de diciembre de 2020, me puse en contacto con la Familia de San Chárbel en los Estados Unidos y les conté mi historia. A través de ellos también pude contárselo todo a Raimundo Náder el 7 de enero de 2021.
Después de la conversión que me salvó (2018), y tras recibir los sacramentos que me absolvieron (2019), San Chárbel entró en mi vida en el 2020 para cambiarla aún más profundamente; su intervención e intercesión afinaron mi relación con el Señor a través de una sanidad espiritual en su nombre.
Estoy realmente maravillado y agradecido. Saboreo las gracias recibidas todos los días. Desde que fui sanado, vuelvo a ser una página en blanco, he sido restaurado. Una vez más puedo disfrutar de pertenecer a la familia a la que pertenezco, tanto la que aun vive como la parte ya fallecida, y me alegro por las familias de otras personas, lo cual no había ocurrido desde hacía décadas. Esta recuperación inesperada mejoró dramáticamente la percepción vocacional que tengo con respecto a mi vida a partir de ahora: vivir en feliz celibato, oración y penitencia por las almas para que otras personas también puedan ser sanadas algún día; además, para poder servir de apoyo para otras personas y para compartir la palabra de Dios y la historia de cómo me curé. Ya no sufro en absoluto a causa de lo que me hacía sufrir anteriormente y jamás esperé que llegara un día como este. Soy incapaz de cuestionar las gracias recibidas y me niego a hacerlo. Simplemente doy testimonio de ello.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos, amén.
[1] Después de ponerme en contacto con ellos el 31 de diciembre de 2020, la Familia de San Chárbel me dijo que esas páginas eran idénticas a las que figuran en su sitio web en https://www.familyofsaintsharbel.org/experiences.html , en una versión actualizada traducida al inglés.
Todos estos elementos combinados dañaron mi relación con mi familia y me hicieron gradualmente ver a la familia en sí como fuente de sufrimiento y dolor. Mi corazón estaba gradualmente dándole la espalda poco a poco a la familia.
La profundidad de mis heridas alcanzaron un nivel abismal cuando, en 2011, falleció mi mamá; cuando fui hospitalizado urgentemente en 2012 debido al inicio de un infarto cardíaco causado por el síndrome del corazón roto y la miopericarditis viral y una vez más en 2015 cuando creí que jamás iba a superar mi desdicha y desgracia. Llegué incluso a contemplar el suicidio.
A pesar de eso, después del fallecimiento de mi mamá, las únicas cosas que me parecían importante eran apoyar a mi papá (ya que él me había apoyado a mí) y ocuparme de la salvación de mi alma, esforzándome hacia su restauración. Durante años no supe cómo alcanzar la salvación de mi alma, pero finalmente le abrí mi corazón a Jesús a finales de enero del 2018 pidiendo a Dios la gracia de la conversión, y me fue concedida esta enorme gracia. En el momento en que recibí a Jesús como Mesías, mi vida cambió por completo. Me puse en contacto inmediatamente con la Iglesia Católica y en la Pascua de Resurrección de 2019 recibí los sacramentos del bautismo, la primera comunión y la confirmación. Había nacido de nuevo y básicamente era salvo, pero el camino hacia la restauración de mi alma tan solo había empezado.
Las gracias no terminaron allí. En 2020, recibí una importante sanidad espiritual y emocional, una sanidad que no había pedido; me fue concedida por el Señor, a través de la intervención de San Chárbel Majluf. En la fe cristiana, lo que San Chárbel logró en mi vida normalmente se denomina intercesión. Otra característica de esta sanidad es que me fue concedido un periodo de discernimiento preliminar para el sacerdocio (el cual, desde entonces, me ha llevado a la conclusión de que tengo la vocación de seguir siendo seglar, en celibato, oración y penitencia).
En mi familia, San Chárbel era completamente desconocido, su nombre jamás había sido mencionado. Yo lo descubrí en 2019 y si recuerdo bien, fue en el día de su festividad, el 24 de julio. Pero no fue hasta el 24 de julio de 2020 que él entró en mi vida una vez por todas.
Como parte del discernimiento preliminar para el sacerdocio, me preguntaba si el ministerio sería una buena opción para mí porque allí se trata con muchas asuntos familiares como, por ejemplo, el bautismo, la preparación para el matrimonio, el matrimonio y los funerales. Y a pesar de mi conversión y los sacramentos que había recibido, me veía a mí mismo como una persona sin familia. Estaba soltero, no tenía hijos y mis papás no tenían hermanos; yo creía que era alguien para quien la vida familiar era cosa del pasado, una persona para quien los temas familiares no tenían mucha importancia.
Mientras reflexionaba acerca de esto hacia finales de julio de 2020, comencé, después de su festividad, a tener necesidad de rezar todos los días a San Chárbel, lo cual jamás había ocurrido antes. Me sentí impulsado a rezarle a él y a conocer más acerca de su vida, y comencé a investigar si él había dicho o escrito alguna cosa. A principios de agosto, descubrí 20 páginas en inglés en internet, en la URL https://www.slideshare.net/karim86/words-of-saint-charbel, [1], sin referencia alguna al autor, así que imprimí las páginas e hice un librito.
Estas páginas, tituladas “Palabras de San Chárbel”, no contenían más información acerca de su origen y no pude entender quién las había escrito realmente; simplemente reconocí que contenía en el pensamiento de San Chárbel. Las leí y las recibí en mi corazón con fe, ciegamente, creyendo finalmente que seguramente las escribieron personas que habían oído a San Chárbel hablando de ello.
Ese era mi pensar cuando al leer las verdades contenidas en estas páginas me quemaron vivo como un fuego que consume la paja. La totalidad de los mensajes contribuyeron a mi sanidad, pero el contenido integral de estos textos, lo que literalmente precipitó la recuperación fueron los pensamientos de San Chárbel acerca de la familia. Él dice que la familia es sagrada porque es la imagen de la Santísima Trinidad. Esto significó, por la primera vez para mí, que a pesar de los sufrimientos que ocurren en la familia (incluso hasta el punto de la destrucción), por naturaleza la familia sigue siendo sagrada: la naturaleza y el significado espiritual de la familia se mantienen intactos. “Oír” esto no tenía precedentes; esto me “enseñó” que la familia tiene un alma que puede permanecer entera a pesar de cualquier tipo de tribulación y dolor. De pronto, ¡había muchísima esperanza! Estaba “viendo” a la familia de una forma que jamás había visto antes, y lo que estaba viendo era realmente hermoso.
San Chárbel también dice que el diablo, a fin de destruir la obra de Dios, opta por atacar primero, y sobre todo, a la familia. Esto derribó, destruyó y disolvió todo lo que yo había pensado acerca de la familia en general, incluso acerca de mi propia familia. Tras leer que la familia es el primer objetivo del diablo cuando ataca a Dios mismo, sentí con gran certeza que este pensamiento era la verdad en sí. Tuve un entendimiento tan lúcido y claro de que todas las tribulaciones familiares tienen su raíz en la maldad, que pensé que me iba a poner físicamente enfermo, y me sentí realmente indispuesto, descentrado y perdido. Estaba sintiendo la brecha entre la verdad y mi relación con la institución de la familia. Dos días más tarde, después de que el asombro, la desorientación y el temor empezaran a disminuir, todas mis heridas emocionales hasta el momento, incluida cualquier cosa dolorosa relacionada con mi relación familiar y también el dificilísimo duelo del fallecimiento de mi mamá, quedaron sin dolor. Desde el 11 de agosto de 2020, soy una persona nueva y lo experimento todos los días.
¿Qué había ocurrido?
Ocurrió lo siguiente: durante el tiempo en el que intenté, durante mi discernimiento para el sacerdocio, a expresar mi convicción de que no soy un hombre de familia, una especie de persona ajena a los temas familiares, las palabras de San Chárbel no solo me contradijeron claramente, sino que terminaron por destruir en mí, casi físicamente, cualquier rastro de esta convicción. Yo estaba equivocado acerca de la familia, como resultado de las tribulaciones de mi familia; había pensado de forma errónea y como recompensa por haber estado equivocado acerca de eso, Dios me concedió misericordiosamente una sanidad completa. Realmente entendí inmediatamente que esta era una gracia de Dios, la voluntad de Dios y me enfrentaba al hecho de que San Chárbel había intervenido. Yo había sido curado emocionalmente y espiritualmente a través de su palabra.
Exactamente del mismo modo en que había recibido a Cristo en la sinceridad y la ceguera de una conversión gracias a la cual experimenté la última oportunidad de no hundirme en la desesperación para siempre, simplemente recibí las palabras de San Chárbel como inspiradas por Dios.
Y una vez más: pedí la gracia de la conversión, pero no había pedido la gracia de la sanidad espiritual.
Escribí al Monasterio de Annaya en el Líbano (lugar de origen de San Chárbel), y en esta correspondencia con los monjes lo conté todo. Entonces, aunque ya pertenecía a una parroquia latina, me hice miembro de una segunda (asisto a ambas): la parroquia maronita del Monasterio de San Antonio el Grande, aquí en Montreal. Los monjes sacerdotes saben lo que ocurrió y uno de ellos me ayudó a entender que San Chárbel es ahora mi santo patrón.
Aun así, yo no entendía exactamente de dónde habían venido de esas palabras de San Chárbel que me habían sanado, y me estaba costando mucho trabajo averiguarlo.
No fue hasta el 27 de diciembre de 2020, que, para complete sorpresa mía, descubrí en YouTube varias conferencias de Raimundo Náder, algunas en inglés o subtituladas en inglés, incluida una en árabe que tenía subtítulos en inglés y que fueron impartidas en Annaya en 1995 (https://www.youtube.com/watch?v=7UatXxxzk_Y&t=30s). Allí es también donde descubrí al Sr. Náder. Su nombre no significaba nada para mí, pero tuve una impresión de haberlo visto una vez antes: comprobé la versión en francés del libro de San Chárbel escrito por el Padre Hanna Skandar que había leído el otoño anterior (bajo el título Saint Charbel ...l’Intemporel), y descubrí que meramente mencionaba el nombre del Sr. Náder dos veces (una vez en un pie de página). Pero lo olvidadé por completo después de eso, dado que el autor no aporta información alguna acerca de Raimundo Náder y, por el contrario, cuenta toda la historia de Noumad Al Chamy. Por consiguiente, no supe nada en absoluto acerca de Raimundo Náder hasta el 27 de diciembre de 2020, medio año después de mi sanidad.
Yo estaba atónito. Lo que me había sanado fueron los mensajes que Raimundo Náder recibió de San Chárbel a lo largo de las últimas décadas. Esta fue una gran sorpresa e hizo que me diera cuenta del valor de mi recuperación, dado que Raimundo tiene en un brazo la marca milagrosa de la quemadura en forma de dedos que yo ignore por completo hasta el 27 de diciembre de 2020. También había ignorado todo lo referente a su apostolado (La Familia de San Chárbel) y aunque después de sanarme supe acerca de Télé-Lumière porque transmiten testimonios de curaciones, yo no sabía nada acerca de la conexión de Raimundo Náder con su hermana satélite, Noursat.
En ese momento fue necesario para mí ponerme en contacto con Raimundo Náder para contarle acerca de mi sanidad. También quería darle las gracias por lo que hizo en su apostolado, sobre el cual ahora conozco más. Fue entonces cuando, el 31 de diciembre de 2020, me puse en contacto con la Familia de San Chárbel en los Estados Unidos y les conté mi historia. A través de ellos también pude contárselo todo a Raimundo Náder el 7 de enero de 2021.
Después de la conversión que me salvó (2018), y tras recibir los sacramentos que me absolvieron (2019), San Chárbel entró en mi vida en el 2020 para cambiarla aún más profundamente; su intervención e intercesión afinaron mi relación con el Señor a través de una sanidad espiritual en su nombre.
Estoy realmente maravillado y agradecido. Saboreo las gracias recibidas todos los días. Desde que fui sanado, vuelvo a ser una página en blanco, he sido restaurado. Una vez más puedo disfrutar de pertenecer a la familia a la que pertenezco, tanto la que aun vive como la parte ya fallecida, y me alegro por las familias de otras personas, lo cual no había ocurrido desde hacía décadas. Esta recuperación inesperada mejoró dramáticamente la percepción vocacional que tengo con respecto a mi vida a partir de ahora: vivir en feliz celibato, oración y penitencia por las almas para que otras personas también puedan ser sanadas algún día; además, para poder servir de apoyo para otras personas y para compartir la palabra de Dios y la historia de cómo me curé. Ya no sufro en absoluto a causa de lo que me hacía sufrir anteriormente y jamás esperé que llegara un día como este. Soy incapaz de cuestionar las gracias recibidas y me niego a hacerlo. Simplemente doy testimonio de ello.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos, amén.
[1] Después de ponerme en contacto con ellos el 31 de diciembre de 2020, la Familia de San Chárbel me dijo que esas páginas eran idénticas a las que figuran en su sitio web en https://www.familyofsaintsharbel.org/experiences.html , en una versión actualizada traducida al inglés.